La formación muestra el dibujo de una rosa. Nos recuerda que la rosa representa al amor de Cristo y que simboliza al corazón y al amor. Este amor incondicional fluye hacia nuestro cuerpo y nos regala amor y autocuración energética. La formación nos conecta con el plano espiriutal, con el amor incondicional de Dios y también nos ayuda a limpiar energías de nuestro subconsciente.